Un buen plan para acudir al TT Isla de Man
Como siempre ha comenzado el año con los motores rugiendo y enfrentándose al raid más exigente del planeta, el rally Dakar. Tras poner punto y final a la edición de 2017 con la victoria del británico Sam Sunderland, los amantes de los retos en el mundo de las dos ruedas ya buscan otra singular aventura a la que poner rumbo este año. Sin duda el Tourist Trophy de Isla de Man puede ser una buena opción.
Apenas a cuatro meses vista del comienzo de la prueba de velocidad en circuito urbano más famosa del mundo, ya todo está en marcha para que este festival se convierta en un nuevo éxito de participación y público. Con el calendario de entrenamientos y carreras en mano, es el momento idóneo para organizar un viaje hasta la peculiar isla británica y disfrutar de un espectáculo incomparable.
Viaje y alojamiento
Como cada año, una legión de moteros pondrá rumbo a la isla para presenciar el TT Isla de Man. Teniendo en cuenta que la prueba se desarrolla entre el 27 de mayo y el 9 de junio, quienes deseen acudir no deben demorar más sus trámites para esta empresa si no quieren tener problemas con sus reservas. Si se pretende viajar con la moto, una buena opción para hacerlo partiendo de España es a través de la Brittany Ferries desde Santander o Bilbao hasta Portsmouth. Una vez allí hay que desplazarse hasta Liverpool para embarcarse en otro ferry hasta la Isla de Man. Es importante no olvidar que se requiere estar en posesión del pasaporte en regla.
En cuanto al alojamiento hay múltiples posibilidades que van desde quienes llevan su propia tienda de campaña para establecerse en un camping a partir de 12 £, hasta los que prefieren la comodidad de un hotel que puede rondar entre las 360 y 900 libras por noche, dependiendo de su emplazamiento y los tickets que proporcione para presenciar las carreras. Entre medias hay otras elecciones como los campings que te suministran la tienda y los accesorios necesarios para viajar sin nada o bien las casas familiares TT que habitualmente se encuentran en pleno recorrido de la prueba y ofrecen una amigable estancia y desayuno conviviendo con una familia local.
Entretenimiento
Una vez resueltos estos puntos llega el momento de disfrutar. Y es que además del espectáculo deportivo, este festival ofrece multitud de posibilidades de entretenimiento. En el “Mad Sunday”, como se conoce al domingo que cae en medio de las dos semanas, no hay carreras. En ese momento la ciudad de Ramsey se convierte en el centro neurálgico de la diversión para los clubes moteros que se dan cita allí con la intención de circular por el recorrido de montaña que forma parte de la carrera. Sin límite de velocidad y en una vía de un único sentido, pueden dar gas a fondo en su máquina emulando a los pilotos.
De todos modos, cualquier día es apropiado para gozar durante esta cita. Los entrenamientos y carreras se acompañan de actuaciones, conciertos y competiciones de exhibición. La marca PokerStars, sponsor del Senior TT, la prueba estrella del TT Isla de Man, organiza regularmente un divertido certamen de scooter de movilidad tuneados que llegan a superar en algunos casos los 170 km/h.
Al margen de todo esto, el Tourist Trophy es un evento especial en todos los sentidos. Cada año esta isla de unos 80.000 habitantes, enclavada entre Irlanda y Gran Bretaña, abre sus puertas a más de 50.000 visitantes que llegan de todo el mundo atraídos por el rugido de los motores.
Y es que la Isla de Man no deja indiferente a nadie. Su símbolo patrio son las Tres Piernas de Man (Three Legs of Man). Tres piernas unidas por el muslo que giran en el sentido de las agujas del reloj y que, en representación a la independencia y resistencia de los suyos, hacen honor al lema en latín que las describe en su escudo: “como quiera que lo tires permanecerá en pie”.
Desembarcar en la isla y que te reciba un cartel que reza “Si no te gustan nuestras reglas, sale un barco cada media hora”, ya te pone en antecedentes. Llegas a un lugar donde el límite de velocidad para circular por sus carreteras está marcado en las 130 millas por hora (209 km/h).
Vas a presenciar una carrera atípica que discurre entre pueblos y prados en la que los pilotos alcanzan velocidades superiores a los 300 km/h y en algunas curvas pasan a escasos centímetros de los muros y rozan los setos de la carretera con su hombro. Sobra decir que el más mínimo despiste a estas velocidades puede traer nefastas consecuencias por lo que siempre se deben extremar las precauciones a la hora de disfrutar de este tipo de eventos.
Como muestra de su peligrosidad, la Federación Española no tramita licencias para competir en esta prueba desde la muerte de Santi Herrero en la edición de 1970. En 2009 Valentino Rossi tuvo la oportunidad de probar su circuito de montaña como invitado en el Tourist Trophy y quedó impresionado por la belleza del recorrido y la peligrosidad del mismo. De vuelta, el italiano comentó que todos los pilotos que participan tienen en común una mirada de locos, aunque confesó que es una prueba tan especial que hay que estar allí para entenderla.
No cabe duda que la que para muchos es la carrera de motos más peligrosa del mundo, es también una ocasión única de disfrutar en el mundo del motor de un modo totalmente diferente. Circular por los 60,7 kilómetros del recorrido de esta prueba con 110 años de historia es algo incomparable para los que aman este deporte.