BSA Gold Star 650

La BSA Gold Star 650 es de esas motos que no necesitan presentación: su nombre evoca la edad dorada del motociclismo británico, y su nueva interpretación conserva la silueta mítica mientras la pone al día para el uso diario. Depósito con laterales cromados, guardabarros lustrosos, doble reloj analógico… y, bajo todo ello, un monocilíndrico moderno, frenos firmados por Brembo y neumáticos Pirelli.

• Una clásica con tecnología actual pensada para disfrutar del ritmo tranquilo de una nacional o cruzar la ciudad con estilo. Desde 7.799 €, BSA vuelve a escena con una propuesta de sabor auténtico y argumentos útiles.

BSA GOLD STAR 650

La Gold Star reivindica el lenguaje visual de su antepasada con depósito de gasolina cromado y tapón desplazado como guiño histórico, una línea de “raya diplomática” que aligera el perfil y un guardabarros delantero y trasero cromado que remata el conjunto. La ergonomía busca el equilibrio: manillar y estriberas colocados para una postura dominante pero cómoda, útil en ciudad y en carreteras secundarias. La paleta cromática incluye Insignia Red, Dawn Silver, Midnight Black, Highland Green, Shadow Black y la Silver Sheen de la Legacy Edition, todas muy “british” sin caer en la caricatura. El resultado es una moto que entra por los ojos y mantiene el hilo conductor con la historia, sin disfrazarse de museo.

El corazón de esta BSA es un monocilíndrico de 652 cc, DOHC, 4 válvulas y refrigeración líquida. Entrega 45 CV a 6.500 rpm y 55 Nm a 4.000 rpm, cifras que retratan una moto pensada para el empuje desde abajo, más que para buscar la estirada final. El cambio es de 5 marchas, una elección coherente con su enfoque clásico: menos relaciones, más par aprovechable y conducción sin prisas. El resultado de esta moto clásica retro moderna es una respuesta amable, con ese “latido” de un gran mono que tantos aficionados buscan, pero con las ventajas de los propulsores actuales en suavidad y emisiones.

En el día a día, esos 55 Nm disponibles pronto facilitan arrancar con decisión desde parado y jugar en tercera por curvas enlazadas. No pretende ser una deportiva ni una cruiser, sino una roadster clásica para disfrutar de la carretera a un ritmo vivo pero relajado, donde la conexión entre piloto, puño y curva vuelve a ser protagonista. Es una moto que invita a escuchar el motor, medir el gas y trazar con pulso.

BSA GOLD STAR 650

La Gold Star apuesta por la sencillez bien entendida. No hay modos de conducción ni menús interminables: en su lugar, un cuadro de instrumentos de doble esfera analógica con pantalla LCD multifunción aporta la información necesaria sin romper la estética. La seguridad activa corre a cargo de ABS, integrado en un sistema de frenos de nivel (ver más abajo). Es un planteamiento minimalista que encaja con su filosofía: menos ajustes, más carretera. Para el uso cotidiano aporta toma USB, iluminación con firma clásica y una calidad percibida acorde al conjunto.

BSA recurre a soluciones probadas: horquilla telescópica de 41 mm delante y doble amortiguador trasero con precarga regulable en 5 posiciones. Es una receta clásica que subraya el estilo sin renunciar a eficacia. Donde sí aprieta el listón es en la frenada: disco delantero de 320 mm con pinza Brembo de doble pistón y disco trasero de 255 mm con pinza Brembo de un pistón, ambos con ABS. El tacto es directo, progresivo y con buen poder de detención, clave en una moto que invita a rodar disfrutando de cada apoyo y que prioriza la confianza por encima del efectismo.

El calzado también acompaña: Pirelli Phantom Sportscomp con medidas 100/90-18 delante y 150/70 R17 detrás, neumático clásico en su dibujo pero moderno en compuestos, que remata unas llantas de 36 radios (18” delantera, 17” trasera) para mantener el guiño retro. El conjunto transmite esa estabilidad noble que se agradece en vías rápidas y una agilidad suficiente en ciudad.

BSA GOLD STAR 650

Con 780 mm de altura de asiento, es una moto accesible para estaturas muy diversas. La distancia entre ejes de 1.425 mm y la inclinación de 26,5º anuncian una estabilidad noble que no penaliza el giro en ciudad. El depósito de 12 litros y un consumo en torno a 4,0 l/100 km (WMTC) permiten recorridos diarios sin pasar constantemente por la gasolinera. El peso en orden de marcha es de 213 kg, cifra coherente con su planteamiento clásico y su sólida presencia, que favorece la aplomada en autopista. La posición de conducción es relajada, con brazos ligeramente abiertos y unas estriberas que no castigan las rodillas.

Para quien busca una clásica auténtica, bonita y sincera, que no le complique la vida con electrónica superflua y le regale par utilizable, frenos serios y una estética que no pasa de moda. Si te atrae el encanto de una monocilíndrica grande con sello británico, la Gold Star ofrece carácter y calidad percibida a un precio competitivo dentro del segmento de las “modern classic” de media cilindrada.