Pecco Bagnaia y Ducati consiguen que el Mundial de MotoGP hable italiano

El Mundial de MotoGP ha vivido una temporada 2022 atípica, tanto por su desarrollo como por su final. En un campeonato en el que los pilotos españoles han tenido un papel protagonista de manera casi continuada y las marcas japonesas han impuesto su ley a lo largo de los últimos años, el campeonato ha vivido un notable giro. MotoGP habla italiano gracias al título de Pecco Bagnaia y de Ducati.

Pecco Bagnaia y Ducati han logrado el título de pilotos, equipos y marcas, para gloria de toda Italia.

No es una cuestión de resultados, por mucho que sean el factor diferencial, sino algo que tiene que ver con las sensaciones. Aunque la ‘armada española’ sigue siendo mayoría en la parrilla, los pilotos italianos han tenido un mayor peso específico a lo largo de la temporada. No sólo Pecco Bagnaia en su condición de nuevo campeón, sino también Enea Bastianini como mejor piloto independiente y Marco Bezzecchi como mejor ‘rookie’ del año. Todos con dialecto Ducati, por supuesto.

Incluso en un inicio dubitativo de temporada, el sentir general era que Ducati sólo necesitaba poner las piezas en su sitio para ser referencia. Y costó en cierta medida, pero incluso en ese momento algunos resortes funcionaron a la perfección. Tanto que Enea Bastianini se llevó el triunfo en la primera carrera del año, mientras que Jorge Martín y Johan Zarco colocaron siempre una Ducati en el podio de la categoría reina hasta que emergió la figura de Bagnaia en Jerez.

Y se dice pronto, pero en todos y cada uno de los 20 Grandes Premios que han dado forma a esta temporada ha habido un piloto de Ducati en el podio. Oficial o satélite, con la GP22 o con la GP21, pero ha sido una constante. Por eso se puede decir que MotoGP habla italiano, más allá del título de pilotos de Pecco Bagnaia y las coronas de equipos y constructores para la firma de Borgo Panigale. Incluso Aprilia ha ayudado en esta transformación a la italiana.

La temporada 2022 de Marc Márquez refleja a su vez el desempeño de las marcas japonesas: un quiero y no puedo.

Pero el auge de Ducati y de los pilotos italianos sólo se puede entender con cierta perspectiva, sobre todo por la contraposición de factores. El crecimiento de Ducati choca con el particular drama que ha vivido cada uno de los fabricantes japoneses presentes en la parrilla, referencia otrora e inmersos cada uno de ellos en crisis de lo más diversas. Honda está perdida sin Marc Márquez -y con él-, Yamaha se ha diluido con una M1 que no ha estado a la altura y Suzuki ha puesto pies en polvorosa.

Comenzando por la firma del ‘ala dorada’, las repetidas ausencias de Marc Márquez han sido un lastre muy grande para Honda. Y no tanto por las carreras que se ha perdido este año el #93 por la última operación de su brazo, sino por su baja forzosa en la fase de preparación de la temporada. Además, la marca parece haber perdido el rumbo a nivel técnico y eso dibuja una Honda RC213V que está lejos de ser competitiva, incluso en manos de un Márquez que siempre ha ejercido de ‘parche’ de los males del fabricante.

Un quiero y no puedo da manual, tanto de Marc Márquez y de Honda, similar al que han vivido en otros términos Fabio Quartararo. El campeón de 2021 ha puesto todo lo que tenía en su interior para pelear por el título con una Yamaha M1 a todas luces muy inferior a las Ducati y que, pese a la consistencia de Fabio, al final ha terminado por llevar al francés por caminos amargos. Ni siquiera el ‘Diablo’ ha podido sobrevivir a una moto endemoniadamente lenta, al menos en recta.

El adiós por sorpresa de Suzuki ha sido uno de los acontecimientos de la temporada 2022.

Capítulo aparte merece Suzuki. La firma de Hamamatsu tenía una moto ganadora, incluso si la GSX-RR también ha adolecido de algunas carencias. Así ha quedado patente en la recta final de la temporada con los triunfos de Álex Rins en Australia y Valencia, pero la economía manda y en un complejo mercado global, Suzuki ha sacrificado su programa deportivo para dar un nuevo enfoque a sus objetivos comerciales. En Jerez se comunicó la noticia y desde entonces nada fue igual.

En este cruce de caminos entre Ducati, Aprilia -de más a menos- y las marcas japonesas, tan importante es lo que ha sucedido como lo que está por venir. Y es que para 2023, Ducati mantiene su ejército de ocho motos y Aprilia pasa de dos a cuatro tras incorporar al equipo RFN para la causa. Mientras tanto, Honda necesita resurgir, Yamaha se queda con dos motos y Suzuki desaparece. Con Pecco Bagnaia como vigente campeón, como para no hablar italiano.