El título de MotoGP de Pecco Bagnaia no es el más barato: ¡Non dite cazzate!
Italia vuelve a tener un campeón italiano. Pecco Bagnaia se ha proclamado campeón del Mundo de MotoGP con Ducati, para delirio nacional. Sin embargo, no son pocas las voces que han decidido restar valor al éxito del #63, asegurando que ha sido el Mundial más barato, como si el motociclismo fuera una cuestión fácil. ¡Non dite cazzate! O como se diría en la lengua de Cervantes: ¡No digan chorradas!
Vivimos en una sociedad en la que los datos pesan menos que el relato. En lo que respecta al mundo del deporte, muchas veces hay un mensaje prestablecido que ni siquiera se sustenta en las estadísticas. A base de repetir una y otra vez la misma la idea, el pensamiento cala en el imaginario colectivo y ahí queda. Incluso si los datos refrendan el mensaje, la forma en la que se trasmite distorsiona la realidad hasta dejarla al gusto de algunos.
Por eso el Mundial de Joan Mir es el Mundial del COVID y el de Pecco Bagnaia es el título más barato. Y puede que estadísticas en mano sea así, por el número de abandonos del italiano o los puntos sumados al final de temporada, pero usar el adjetivo barato cuando Pecco ha ganado siete Grandes Premios, cuatro de ellos consecutivos, es cuanto menos atrevido. Más si cabe cuando Bagnaia ha firmado una gran remontada por el camino, ya sea por mérito propio o por demérito del rival.
Porque detrás de esta idea de Mundial barato, de remontada orquestada en la superioridad de Ducati -por ritmo y por volumen de motos- y de final descafeinado hay muchas cuestiones que se quedan por el camino. Normalmente es la parte de la ‘historia’ que menos interesa contar por distintas razones que a veces es difícil determinar, pero el título de Pecco Bagnaia ni ha sido fácil ni ha sido barato, por mucho que se pueda decir lo contrario hasta que termine por ser la verdad absoluta.
We made a promise to each other, a long time ago: We would become World Champions TOGETHER.
I’ve wanted you and sought you out since the first time I heard the dry clutch noise of my uncle’s 996.
We chose each other, we fought but we always understood each other. pic.twitter.com/jYFTYyEjLJ— Pecco Bagnaia (@PeccoBagnaia) November 7, 2022
Sólo hay que hacer memoria e ir al principio de temporada, a los primeros Grandes Premios del año. Ducati tenía las mismas ocho motos que según algunos han desvirtuado la competición, pero entonces no funcionaban -tan bien-. La firma italiana parecía haber perdido el rumbo entre las distintas configuraciones de su Desmosedici, sobre todo con las GP22 del equipo oficial, con un motor ‘a mitad de camino’ entre la especificación 2022 y el utilizado en 2021 que no acababa de llevarse bien con el chasis elegido.
Las primeras carreras fueron una auténtica agonía para Ducati en general y para Pecco Bagnaia en particular y así lo reflejan los datos, esta vez sí. Abandono en Qatar y ni rastro de podios en las cuatro citas siguientes. Y no faltaron los resultados positivos para Ducati en esos dos meses, pero había que dar con la tecla y que las ocho Ducati, ya fueran GP22 o GP21, con uno u otro motor, tuvieran un comportamiento lineal y acorde a las demandas de los pilotos.
Llegaron las primeras victorias para Pecco Bagnaia en Jerez y Mugello, pero se intercalaron con abandonos que hicieron tocar fondo al #63 en Alemania, como el piloto italiano reconoce. Por entonces el líder estaba a más de 90 puntos y luchar por el título parecía imposible. La losa era mayúscula, pero Bagnaia decidió no rendirse. Tampoco lo había hecho Ducati, criticada por el volumen de motos que tiene en pista respecto a sus rivales, pero no por la enorme inversión que eso implica. Ya saben, el relato.
Cuatro victorias consecutivas para Pecco entre Assen y Misano dieron la razón al #63 y a Ducati en su apuesta. Por entonces la Ducati ya sí era una moto superior a sus rivales en casi todos los escenarios, pero había que dar la vuelta al Mundial y remontar 90 puntos no es tarea fácil con el hándicap adquirido, más con el error de Japón. Sin embargo, Bagnaia lo ha conseguido e incluso ha tenido la posibilidad de gestionar su ventaja en la última carrera del año.
Así que me van a perdonar, pero el Mundial de Pecco Bagnaia no es el más barato. El título del piloto de Turín es la historia de la gigantesca apuesta de Ducati, algo que hay que agradecer en los tiempos que corren. Es el campeonato de la decisión de Bagnaia de no rendirse cuando en Sachsenring todo se daba por perdido. Y todo esto hace que no sea barato, que no sea fácil, que no pueda perder mérito.
Bagnaia es el nuevo campeón de MotoGP, pese a quien pese. Y es campeón con Ducati, una marca que no tiene el peso de Honda o Yamaha a nivel Mundial, pero que bajo el mandato de Gigi Dall’Igna ha logrado eclipsarlas con trabajo, esfuerzo y una gran inversión. Títulos de pilotos, equipos y constructores, mejor ‘rookie’ del año y mejor piloto independiente, todo para Ducati. Y que le vengan a decir a Italia al completo que Bagnaia, su nuevo campeón con moto italiana, ha logrado un título barato. ¡Non dite cazzate!