Prueba MITT GT-K: Una moto Touring lista para conquistar la carretera
La MITT GT-K se presenta como una de las opciones más novedosas dentro del segmento de motos Sport Touring, un modelo diseñado específicamente para aquellos que buscan comodidad, rendimiento y un buen equipamiento en sus viajes.
La marca española MITT sigue ampliando su catálogo y tras presentar sus versátiles motos trail de 500 cc, ahora se adentra en el segmento de las motos para viajar con esta GT-K. Para hacer oficial su lanzamiento nos citaba en Guadalajara para hacer la presentación de esta GT-K en el entorno de Sacedón donde poner a prueba su rendimiento en un encantador entorno.
Lo primero que llama la atención de la MITT GT-K es su diseño. Con un frontal voluminoso y una parte trasera más estilizada, el conjunto ofrece un perfil atractivo y funcional. Sus líneas modernas y agresivas están acompañadas de dos maletas laterales integradas, ideales para llevar equipaje en largos viajes, reforzando su enfoque práctico para el touring.
La pantalla parabrisas regulable eléctricamente es otro punto destacado del diseño. Con solo presionar un botón en la consola central, puedes ajustar su altura para optimizar la protección contra el viento, una característica que eleva la comodidad en largas rutas. Además, el carenado amplio y envolvente mejora la aerodinámica y protege al piloto del clima adverso.
Diseño: Estética y funcionalidad en equilibrio
Lo primero que llama la atención de la MITT GT-K es su diseño. Con un frontal voluminoso y una parte trasera más estilizada, el conjunto ofrece un perfil atractivo y funcional. Sus líneas modernas y agresivas están acompañadas de dos maletas laterales integradas, ideales para llevar equipaje en largos viajes, reforzando su enfoque práctico para el touring.
La pantalla parabrisas regulable eléctricamente es otro punto destacado del diseño. Con solo presionar un botón en la consola central, puedes ajustar su altura para optimizar la protección contra el viento, una característica que eleva la comodidad en largas rutas. Además, el carenado amplio y envolvente mejora la aerodinámica y protege al piloto del clima adverso.
Motor y conducción: Bicilíndrico equilibrado
Bajo el carenado, la MITT GT-K esconde un motor bicilíndrico en línea con un calado de 180°, capaz de entregar 75 CV de potencia. Este propulsor se caracteriza por una respuesta progresiva y relajada, perfectamente alineada con el carácter de una moto tourer. La entrega de potencia es suave, especialmente en la franja media del tacómetro, donde se siente más cómodo.
A pesar de estar pensada para una conducción relajada, la GT-K también permite explorar un lado más dinámico. Si decides subir las revoluciones, el motor responde con suficiente energía para disfrutar de una conducción más deportiva. La caja de cambios de seis marchas, perfectamente escalonada, y el embrague antirrebote facilitan tanto los cambios suaves como las reducciones bruscas, destacando por su precisión en todo momento.
Parte ciclo: Ágil a pesar de su tamaño
A pesar de superar los 250 kg en orden de marcha, la MITT GT-K sorprende por su agilidad. Gracias a su chasis deltabox de aluminio y un centro de gravedad bajo, esta moto Sport Touring se maneja con facilidad en curvas cerradas y cambios rápidos de dirección. Su distancia entre ejes de 1.465 mm combina estabilidad a alta velocidad con la maniobrabilidad necesaria para tramos más revirados.
El sistema de frenos Brembo y los neumáticos Pirelli contribuyen al excelente comportamiento dinámico, ofreciendo seguridad y control en cualquier tipo de terreno. Incluso tras una jornada exigente en rutas de montaña, los frenos mostraron una resistencia notable a la fatiga, manteniendo un rendimiento constante.
Componentes de primeras marcas: Seguridad y rendimiento
MITT no ha escatimado en dotar a la GT-K de componentes de alta calidad. Destacan especialmente los frenos y neumáticos, dos elementos clave para cualquier moto Sport Touring. En el apartado de frenos, encontramos un equipo firmado por Brembo, líder indiscutible en este campo. En el eje delantero, dos discos de 298 mm acompañados de pinzas radiales ofrecen una potencia de frenado impresionante y un tacto preciso. En la parte trasera, el conjunto Brembo mantiene el nivel, asegurando una frenada equilibrada en cualquier circunstancia.
Por otro lado, los neumáticos Pirelli Angel Gran Turismo son un verdadero acierto. Estos neumáticos están diseñados para ofrecer un agarre excepcional tanto en seco como en mojado, además de una excelente durabilidad, cualidades esenciales para una moto diseñada para viajar largas distancias. Durante una prueba realizada en las sinuosas carreteras de La Alcarria, estos neumáticos demostraron su capacidad para transmitir confianza incluso en asfalto en mal estado.
En el apartado de suspensiones, la GT-K recurre a la experiencia de Showa, otra marca de renombre. Aunque los componentes no llevan el logotipo visible, su desempeño es destacable. La horquilla delantera y el amortiguador trasero tienen un tarado suave que prioriza el confort, ideal para una conducción relajada. Además, la horquilla es ajustable en precarga y compresión, lo que permite adaptarla a diferentes estilos de conducción.
Confort: Diseñada para recorrer kilómetros
El confort es un aspecto fundamental en una moto diseñada para viajar, y la MITT GT-K cumple con creces en este apartado. La posición de conducción erguida, el manillar elevado y el asiento amplio permiten largas horas en la carretera sin signos de fatiga. A pesar de no ser especialmente blando, el asiento resulta cómodo incluso tras varias horas de uso continuo.
Otro punto destacado es la altura del asiento, situada a 780 mm. Esto facilita llegar al suelo con ambos pies, algo especialmente útil en ciudad o al maniobrar en parado. La protección aerodinámica, combinada con la pantalla regulable, minimiza el impacto del viento, permitiendo disfrutar de trayectos largos con mayor comodidad.
La posición de las estriberas y pedales, están quizás algo elevadas, lo que podría penalizar a usuarios más altos, mientras que yo con 1,70 cm encuentro una posición de conducción correcta.
Equipamiento: Tecnología al servicio del viajero
La GT-K no se queda atrás en el apartado tecnológico. Su cuadro de instrumentos TFT de 12,3 pulgadas es uno de los más grandes de su categoría, ofreciendo una visualización detallada de toda la información relevante. Además, incluye testigos luminosos laterales para advertencias como la presión de los neumáticos o el nivel de aceite. Pese a su gran tamaño, cuando le incide el sol directamente, la visualización no es la mejor, pero la suficiente para distinguir la información mostrada.
Entre las características más prácticas destacan los puños y asiento calefactables, ideales para rutas en climas fríos. Otro detalle interesante son las salidas de aire direccionables, que permiten redirigir el calor del motor hacia las piernas o hacia el exterior, según las necesidades del piloto.
El sistema Keyless es otro punto a favor, centralizando las funciones de apertura del depósito de combustible, las maletas laterales y el asiento. Solo necesitas llevar la Smart Key en el bolsillo para acceder a estas funciones con comodidad.
Conclusión Prueba MITT GT-K: Una tourer sin complejos
Con un precio oficial de 11.945 euros, la MITT GT-K se posiciona como una moto para viajar que no tiene nada que envidiar a modelos de marcas más consolidadas. Su combinación de diseño, componentes de calidad y tecnología la convierten en una opción competitiva en el segmento de motos Sport Touring. Además, su enfoque en el confort y la facilidad de conducción la hacen ideal tanto para moteros experimentados como para aquellos que buscan iniciarse en el mundo del turismo en moto.
Opinión Mitt GT-K
- Motor y respuesta
- Parte ciclo
- Equipamiento de serie
- Diseño
- Instrumentación