Prueba Triumph Rocket 3R 2022 - Exclusividad cruiser
Prueba Triumph Rocket 3R, exclusividad cruiser.
Voy a empezar por el final, ya que esta moto merece ciertos cambios, emociona con el empuje de su tricilíndrico de 2500 cc y por un estilo único con exquisita atención en cada detalle. Todo apoyado en un chasis de alto nivel y una electrónica de última generación.
A lo largo de los años 90, no solo la comida rápida la teníamos mejor vista si era de gran tamaño, también lo eran las motocicletas. En este nuevo milenio, la Vulcan de Kawasaki superó la marca de los dos litros y Harley tenía su motor ’88’ de 1450 cc. Aun así, cuando Triumph sacó su Rocket en 2004, su gran tamaño generó un asombro sin igual. Por si un motor de 2.3 litros no fuera suficiente, un peso de 350 kilos, un depósito de combustible de casi 24 litros y sumado a esto una llanta trasera de 240 le daban más presencia que un T-Rex con gafas. De hecho, si Godzilla pudiera montar, habría tenido una.
Pero sin duda, es un modelo que nunca ha sido el éxito arrollador que esperaba la firma de Hinckley. Algunos dicen que el concepto de diseño básico tenía fallas. La Rocket estaba dirigida principalmente al mercado estadounidense donde el tamaño importa y donde los pilotos y grupos más conservadores estaban acostumbrados a los V-twin, sin embargo, los estadounidenses que querían velocidad tradicionalmente compraban la Triumph porque eran más ligeras y rápidas que las Harley. La Rocket es rápida, pero no ligera, ciertamente no lo es, pero dejó impresionados y desconcertados a los compradores Yankees.
Pero 20 años después, sigue siendo rápida y te hará sonreír en el momento en que abras la puerta de tu garaje. Triumph debería recibir una medalla solo por esto, pocas marcas o modelos ofrecen esta sensación.
Y es que es imposible no dejarse atraer visualmente por el gran tricilíndrico de 2.458 cc , un verdadero MOTOR (en mayúsculas), macizo, imponente, sólido como el mármol, así que tiene un Record Guinness por ser la unidad en producción con mayor cilindrada de todo el mundo.
Es un motor de doble eje, 12 válvulas, refrigerado por líquido, controlado por un acelerador electrónico y 4 modos de conducción (uno de los cuales es totalmente personalizable). El par máximo alcanza la cota de los 221 nm a 4.000 rpm , una cifra absolutamente potente (casi el doble de la que consiguen los motores bicilíndricos de 1.000 cc más deportivos) y con unos 167 CV.
El compartimento electrónico se ve reforzado por la plataforma inercial IMU de 6 ejes que, entre otras cosas, trae el muy útil ABS para curvas firmado por Continental.
En Hinckley no bajaron la guardia ni siquiera en el chasis, un compendio absolutamente imprescindible para intentar enjaular los músculos del tricilíndrico. En esta Rocket 3 encontramos, de hecho, suspensiones Showa totalmente ajustables: delante una hermosa horquilla USD con barras de 47 mm y 120 mm de recorrido, detrás un monoamortiguador que actúa sobre el basculante de aluminio de un solo lado (dentro del cual se aloja el eje de transmisión) mediante cinemática progresiva que permite 107 mm de recorrido.
Para frenar estos 294 kg, la Rocket 3 se basa en un par de discos delanteros semiflotantes de 320 mm mordidos por exclusivas pinzas radiales Brembo Stylema de 4 pistones, mientras que detrás encontramos un disco maxi de 300 mm mecanizado por pinza de 4 pistones.
Para enfatizar el aspecto de una auténtica muscle bike, Triumph ha equipado la Rocket 3 con unos neumáticos de gran sección especialmente fabricados por Avon: detrás una 240/50 en una llanta de 16″ , delante una panzuda 150/80 sobre una llanta más tradicional de 17″ .
A pesar de la monstruosa cilindrada y la ultragenerosa distancia entre ejes de 1.677 mm , la colocación dentro de la Triumph Rocket 3 es decididamente intuitiva y satisfactoria, factor que contribuye a elevar el nivel de control y confort . El sillín ancho y bien acolchado está ligeramente inclinado hacia atrás, eliminando sustancialmente cualquier posibilidad de desplazamiento, pero sigue siendo muy agradable gracias a la buena ergonomía y al apoyo que ofrece a nivel lumbar, muy útil para contrarrestar las fuertes aceleraciones de las que es capaz esta Triumph.
Habiendo tomado un mínimo necesario de confianza con el tamaño y la masa, la Rocket 3 es muy agradable en marcha y muestra un equilibrio verdaderamente gratificante. Después de 15 km/h, la sensación es la de estar sobre el manillar de una motocicleta «normal» capaz de reaccionar de manera bastante intuitiva a los movimientos, sin requerir un esfuerzo particular y siempre capaz de garantizar un buen nivel de comodidad. El enorme arco de uso del gigantesco motor permite un tirón suave desde las 1.500 rpm, sugiriendo el uso de relaciones largas incluso a bajas velocidades. Y es en estas situaciones un placer dejarlo fluir entre las curvas, quedándonos con la única tarea de describir trayectorias redondas y conexas.
La primera señal gratificante viene precisamente del chasis y en particular de la parte trasera que no se hunde ni siquiera cuando se le pide al motor que se exprese plenamente, aumentando considerablemente la sensación de control y limitando el subviraje inevitablemente provocado en gran parte por los neumáticos anchos y por la importante distancia entre ejes. Por ello, cuando se quiere aumentar el ángulo de inclinación es necesario realizar un mayor contramanillar. Y en estas circunstancias es aún más necesario poder marcarlas con antelación la trayectoria ideal porque las correcciones en mitad de la curva serán lentas e ineficaces, y como mucho podrás usar el freno trasero, blando, modular y aparentemente infatigable.
La horquilla no traiciona y posee un ajuste deportivo pero también se caracteriza por una buena progresividad y suavidad, donde garantiza una buena direccionalidad y un buen apoyo incluso en las frenadas más fuertes.
Por cierto, las pinzas Brembo Stylema se confirman en lo más alto por suavidad, modularidad y potencia, incluso en las desaceleraciones más importantes basta con accionar la palanca derecha con un solo dedo.
El increíble 2500 cc muestra cualidades de empuje realmente fuera de lo común a partir de 3.000 rpm. Una respuesta siempre plena, de hecho, te aseguro que muy plena, y siempre mediada por la electrónica, evidente sobre todo en los primeros grados de giro del acelerador, con una presencia vigilante pero discreta, infundiendo una sensación de mayor control y seguridad.
En los viajes rápidos por autopista, la Triumph Rocket 3 pone de manifiesto las habilidades de un verdadero piloto, solo parcialmente empañados por la protección aerodinámica limitada, en cualquier caso, suficiente para no tener que apretar demasiado el manillar.
Ni que decir tiene que el uso de la caja de cambios es totalmente opcional dadas las cualidades de empuje de las que es capaz el tricilíndrico incluso en sexta marcha. A 90 km/h el motor gruñe en sexta marcha a 2.000 rpm y es capaz de dispararte de forma absolutamente convincente a velocidades ilegales en las que las vibraciones están prácticamente ausentes.
En un uso urbano, es el peso lo que se hace sentir. Así, puede ser conveniente calibrar bien y con cierta antelación los clásicos zigzags entre el tráfico, evitando romper demasiado el equilibrio. Los tres quintales en parado se sienten e inclinar la Rocket 3 por error podría significar estacionarla inevitablemente de lado, y realizar la última sesión de sentadillas del día. La anchura del manillar también requiere un mínimo de adaptación ya que queda bastante cerca de la línea de los retrovisores de los coches.
Cabe destacar la excelente calibración de los controles electrónicos, capaces de mitigar la exuberancia de la mecánica sin desvirtuar la esencia del tricilíndrico, perfecto para recibir una suave respuesta al arrancar y al mismo tiempo modular el nivel del freno motor. No me gusta hablar de consumo pero una media de 6,5 litros cada 100 km, una cifra no excelente en términos absolutos pero en la línea de las locas prestaciones de la 2.458 cc y en todo caso mejor que las cifras declaradas por Triumph.
La Triumph Rocket 3 esta justificada en gran medida por la increíble mecánica y la gran calidad de construcción, pero también es un inevitable reflejo de la exclusividad de esta cruiser mientras se tenga cierta experiencia para ser conducida.
Probador: David Palacios
Opinión Triumph Rocket 3 R / GT
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